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Muerte y renacimiento de una enfermera

Posted by: Silamani | 2 julio, 2014 | 2 Comments |

Nursing research s-l  Hace ya casi 30 años que finalicé los estudios de enfermería. Y en estos momentos mirando atrás, tal vez es el momento de reflexionar sobre lo que han supuesto estos años de profesión.

Estudié diplomado de enfermería en la  en la escuela del hospital clínico en la Universidad de Valencia. La formación enfermera que recibí fue fundamentalmente de forma mayoritaria por parte de médicos y cirujanos cuya preocupación principal era hablarnos de medicina; cómo se trataban las enfermedades y cómo se realizaban intervenciones quirúrgicas. Poco aprendí del significado de cuidar, y lo poco que aprendí fue que ser enfermera era algo diferente a estudiar las enfermedades e intervenciones quirúrgicas y tenía que ver mas con cuidar a las personas. Estos aprendizajes fueron transmitidos por mis referentes en la profesión; la profesora Amparo Benavent y el Profesor Andrés Cuesta. Ellos en asignaturas prácticas intentaron transmitirnos qué era eso de cuidar y el significado del cuidado, cuando todavía el cuidado no había sido asumido por las enfermeras españolas como elemento central  de la ciencia enfermera. Mis profesores Benavent y Cuesta, en un momento en que la ciencia enfermera se incorporó a la Universidad en España, no pudieron llegar a transmitirme muchos conocimientos teóricos enfermeros, pero consiguieron imbuirme de los valores implícitos que comportaba cuidar.

Cuando empecé a desarrollar mi profesión en el hospital comencé a entender que cuidar no era únicamente dar la medicación a los pacientes, no era pasar visita con los médicos, no era poner goteros o poner inyecciones. Algo para lo que me prepararon y en lo que adquirí buena destreza. Descubrí que cuidar era el cómo hacía todo aquello,y cómo la forma de acercarme con amabilidad y tacto a las personas que estaban enfermas podía ser de mas ayuda que la propia asistencia técnica. Descubrí una dimensión oculta del significado de cuidar cuando me incorporaba en el turno de tarde en el hospital  y entraba en todas las habitaciones de la sala, decía buenas tardes y preguntaba cómo se encontraban la personas que estaban ingresadas; cuando me presentaba a quienes no conocía  y les pedía que no tuviesen ningún reparo en tocar el timbre y que  me llamasen si necesitaban cualquier cosa. Para mi cuidar significaba sentirme conectado con las personas. Todavía recuerdo el caso de una señora que era muy agresiva y a la que nadie quería ver porque nos hablaba mal  a todo el mundo. Me acuerdo que aquello fue un reto para mi porque me permitió descubrir el poder de no juzgar, intentar comprender y relacionarme de forma amable con las personas. Lo gratificante que fue poder descubrir la bondad en aquella mujer, qué únicamente se encontraba enfadada con su enfermedad es un ejemplo que ha sido para mi una fuente de inspiración para seguir siendo enfermera; y si digo enfermera porque es el nombre que recibe internacionalmente el profesional que practica la Enfermería.

Esos primeros años trabajando en el hospital me enseñaron el significado de ser enfermera, no tanto desde una perspectiva intelectual sino desde una perspectiva del ser y la vivencia.

Más adelante comencé a trabajar en atención primaria y comencé a comprender, a vivir lo que significaba cuidar a las personas en su entorno, en situaciones de salud y de enfermedad de una forma continuada. Descubrí la enfermería comunitaria y ello me llevaría a intentar difundir el papel de las enfermeras comunitarias desde una sociedad científica. Canalicé de esta manera mi visión altruista intentado difundir entre las enfermeras el valor que tiene y el potencial de transformación que podía tener el cuidado profesional enfermero a lo largo del ciclo vital de las personas en la comunidad en la que viven.

Josep Adolf con Marjorie Gordon

Josep Adolf con Marjorie Gordon

También mi interés  por visibilizar los cuidados me llevaron a trabajar, estudiar e investigar sobre los diagnósticos enfermeros y formé parte en AENTDE desde prácticamente que fuese fundada por Mercedes Ugalde yotras tres pioneras. Me animó el interés por visibilizar los aspectos del cuidado que normalmente permanecen invisibles y que se encuentran más allá de los cuidados biológicos; que se enfocan en todas esas respuestas humanas que integran a visión holística de la salud de las personas.

Pero transcurridos veinte años, entre en crisis. No por los ideales que perseguía sino porque las organizaciones en las que participé,  que aun teniendo fines altruistas, se configuraron como organizaciones que basaban sus relaciones con la sociedad y con otras organizaciones en los juegos de poder. Cuando me di cuenta de que mis acciones habían contribuido a fomentar las luchas de poder, como en el juego de un Monopoly tal y como me decía un compañero. Sentí un gran dolor porque se había producido una gran distancia entre mis ideales y mis acciones. Esta reflexión no se produjo de la noche a la mañana sino que fue surgiendo poco a poco. Fue emergiendo en forma  de insatisfactoriedad y cansancio y me llevó a ir soltando y alejándome de las asociaciones que había contribuido a crear y afianzar.

En 2008 me alejé finalmente de todo tipo de asociaciones, en parte por un malestar interno que me decía que algo no funcionaba, pero también en parte porque mi esfera personal se había visto desatendida y mi relación de pareja no pasaba por buen momento. Era momento de recluirse y volver a conectar conmigo mismo.

Durante la última etapa en que estuve en la junta directiva de las asociaciones en las que me involucré, pasé por episodios de ansiedad con crisis de pánico que fueron tratados con prozac. Tuve tres episodios por tres años en que tomaba prozac 6 meses, 6 meses estaba bien; volvía a recaer y tenía que volver a tomar prozac por 6 meses. La tercera vez que ocurrió esto empecé a comenzar a pensar: ¡creo que aquí hay algo que no funciona!

Y entonces hice un curso de manejo del estrés de RespiraVida Breathworks en que se utilizaba mindfulness y compasión como herramientas  para transformar nuestra relación con lo doloroso, estresante e incómodo de la vida. La verdad es que aquel curso me cambió la vida. Lo que me enseñaron en ese curso fueron todo un conjunto de técnicas y estrategias que ayudaron a transformar mi vida; pero notaba que en el fondo faltaba en  algo. Soy persona curiosa y habitualmente me ha gustado conocer todo en su contexto, porque cuando se descontextualiza el conocimiento perdemos mucha de la comprensión que nos aporta para conocer la realidad. Sabía que mindfulness, compasión y meditación venían de la tradición budista y decidir hacer un curso de meditación budista, después un retiro de budismo para principiantes y con el paso del tiempo observando el efecto transformador que estaba teniendo el budismo en mi vida decidir pedir el ingreso en la Orden Budista Triratna.

Creo que hace diez años me di cuenta de que como profesión, a pesar de haber transformado la formación de las enfermeras en la universidad, de haber intentando ayudar a producir ese cambio en la práctica, de haber contribuido a la creación de asociaciones científicas, de haber participado en la gestión de servicios sanitarios y de haber contribuido a la formación de las enfermeras con mi incorporación a la docencia;  apesar de todo ese esfuerzo los cambios no se han producido. Leer los diarios de prácticas de las alumnas que estoy formando me ha hecho ver cómo ese cambio tan deseado no se ha producido. Las enfermeras de forma mayoritaria siguen considerándose técnicas y el cuidado holístico y esencial es todavía desafortunadamente minoritario, aunque hay enfermeras que están plenamente implicadas en que sea una realidad. Desde aquí mi más sincero agradecimiento.

Durante este periodo de alejamiento de la profesión, y en parte de búsqueda personal de la espiritualidad, creo que tiré la toalla y me decepcioné con mi colectivo profesional. Creo que me agoté, que había perdido la ilusión y que hice lo que muchas enfermeras han hecho. Si no puedes transformar el colectivo intenta transformar tu práctica y tu entorno en el que trabajas. Atrás quedaron enarbolar banderas profesionales, intentar el cambio del colectivo profesional.

Al ingresar en la Orden Budista Triratna me doy cuenta que algo que ha pasado en mi vida espiritual, también ha pasado en mi vida profesional. En el sistema de práctica de Triratna se hace énfasis en cinco áreas de trabajo: integración, emoción positiva, muerte espiritual, renacimiento espiritual y receptividad espiritual. No voy a entrar aquí a explicar que significado tiene cada una de ellas pero si que querría explicar un vislumbre  de lo que profesionalmente ha supuesto para mi la muerte y el renacimiento como enfermera.

Creo que  la conferencia que dí en AENTDE en 2008 antes de renunciar a ser presidente de la Asociación, fue como un testamento y el inicio de mi muerte profesional. Dejó de interesarme la profesión, en realidad creo que me había quemado con mi profesión. En las últimas semanas, sin embargo he visto renacer a un nuevo enfermero: Sīlamaņi. Un nuevo enfermero con nuevos intereses profesionales. Mi maestro espiritual, Bhante Sangharákshita, dice que si quieres transformar el mundo, transfórmate a ti mismo. Y esto me ha hecho entender que si queremos que la profesión enfermera cambie, sólo puede darse en base a que las enfermeras se transformen. Sólo de esa manera se ha podrá cambiar la profesión. Y para ello hay que poder dar herramientas para que las enfermeras sean más conscientes, para que nuestro colectivo profesional sea más consciente.

Hace dos semanas acudí al » 1 st International Meeting on Mindfulness,11-14 junio en Zaragoza» y fui consciente de cómo mindfulness puede ayudar a transformarse a las enfermeras, a los estudiantes de enfermería y plantearme que tengo la obligación ética de difundir mindfulness como una herramienta que las enfermeras pueden utilizar para ayudar a las personas que sufren. A este congreso ya no asistió Josep Adolf Guirao, sino que asistió un nuevo enfermero renacido: Sīlamaņi Guirao-Goris.

Este nuevo enfermero quiere explorar cómo mindfulness y compasión, puede ayudar a las enfermeras a ser más resistentes a los efectos que tiene cuidar de las personas que están sufriendo. Desea explorar como mindfulness puede hacer que las enfermeras tengan una visión y una actuación más holística. Desea explorar cómo mindfulness puede ayudar a las enfermeras a mejorar su razonamiento diagnóstico superando el paradigma positivista de la simplicidad. Desea poder extender el uso de la atención consciente y la compasión como forma de aliviar el sufrimiento innecesario que los humanos nos provocamos con nuestra forma de reaccionar al dolor, la enfermedad y la incomodidad. Un nuevo enfermero ha renacido.

under: Enfermería, ¿Que fue de Josep Adolf Guirao?

Responses -

Gracias Silamani por compartir abiertamente tus experiencias. Tanto tu muerte como tu renacer son muy inspiradores.
Dharmakirti

Me alegro de tu renacimiento .un abrazo

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