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El cuidado y el cuidar

Posted by: Silamani | 22 junio, 2014 | No Comment |

LoveLeonardo Boff (2002), teólogo, filósofo y escritor brasileño en su obra el cuidado esencial afirma que en la actualidad el mundo virtual ha creado un nuevo habitat para el ser humano. Este nuevo habitat, al quela ciencia enfermera no escapa (recordemos como se plantea la teleasistencia), se caracteriza por el encapsulamiento en uno mismo, por la falta de toque, de tacto y de con-tacto humano. Esta realidad afecta cada vez más la vida humana en aquello que posee de más fundamental: el cuidado y la compasión. El cuidado es el soporte real de la creatividad, de la libertad y de la inteligencia.

Según Boff (2002), lo que se opone al desinterés y la indiferencia es el cuidado. Cuidar es mas que un acto; es una actitud. Abarca, por tanto, más que un momento de atención, de celo o de desvelo. Representa una actitud de ocupación, de preocupación, de responsabilización y de compromiso afectivo con el otro. En el cuidado se encuentra el ethos fundamental de lo humano e identificamos los principios, los valores y las actitudes que convierten la vida en un vivir bien y las acciones en el recto de actuar. Como dice Jonathan Haidt (2006):

Cuidar a los demás, equidad, lealtad al grupo, respeto por la tradición y la autoridad legítima , y acciones para evitar lo desagradable son los colores primarios de nuestro sentido moral innato.

La actitud es una fuente que genera muchos actos que expresan la disposición de fondo. Cuando decimos que cuidamos de nuestra casa, se sobreentienden múltiples actos tales como preocuparse de las personas que viven en ella, prestándoles atención, garantizándoles provisiones e interesándonos por su bienestar. Cuidamos del ambiente acogedor de cada habitación. Nos desvelamos por conseguir que la casa sea un lugar entrañable, de modo que la echemos de menos al irnos y alegría cuando volvamos. En general no preocupamos y tenemos una actitud vigilante por el cuidado material, personal, social, ecológico y espiritual de la casa.

Si trasponemos este análisis al ser humano, sin cuidado el humano deja de ser. Si no recibe cuidado desde el nacimiento hasta la muerte, el ser humano se desestructura, se marchita, pierde el sentido y se muere. A lo largo de la vida el ser humano debe ser cuidado y el cuidado adquiere la condición de ser esencial. En palabras del Buda cuidar es una de las mayores bendiciones

Cuando se produce la pérdida de salud, el cuidado requiere mayor protagonismo y se encuentra yuxtapuesto a todo el proceso. Por tanto cuidar, en tanto que esencial, no se puede desligar del ser y cuando una enfermera cuida de una persona el cuidado se encuentra presente independientemente de que se haya elaborado un diagnóstico enfermero o identificado un problema clínico.

La noción del cuidado ocupa un lugar central y fundamental en el discurso de la ciencia enfermera. Desde el punto de vista disciplinar, el cuidado es el objeto de conocimiento de la enfermería y se esboza como criterio fundamental para distinguirla de otras disciplinas del campo de la salud. (Medina, 1999).

Medina realiza una aproximación al término cuidado resaltando varias definiciones que han dado diversos autores:

  • Benner y Wrubel (1989 citado en Medina, 1999) afirman que “cuidar, o tomar contacto, es el elemento esencial de la relación enfermera cliente (…) y la capacidad de la enfermera para empatizar o “sentir desde” el paciente, representa la principal característica de las relaciones profesionales
  • Planner (1981 citado en Medina, 1999) define el cuidado como “un proceso interactivo por el que la enfermeras y el cliente se ayudan mutuamente para desarrollarse, actualizarse y transformarse hacia mayores niveles de bienestar. El cuidado es alcanzado por un conciencia e íntima apertura del yo al otro por una determinación sincera de compartir emociones, ideas, técnicas y conocimientos.”
  • Paterson y Zderad (1979 citado en Medina, 1999) apuntan que los elementos del cuidado suponen el encuentro (el ser y la actualización) entre personas (enfermera y paciente) en una transacción intersubjetiva (estar con y hacer con) que ocurre en un tiempo y espacio (tal y como son percibidos por el enfermo y la enfermera) y con una finalidad determinada (bienestar y actualización).

La complejidad estructural de la acción cuidativa, empieza a construirse a partir de las narrativas de naturaleza humana y social y la interacción que fluye entre los enfermeros y los sujetos, en ellas, se desarrollan intercambios de procesos de vida y de desarrollo humanos distintos, con una manera particular en cada uno de ellos de entender la vida, la salud, la enfermedad y la muerte, situando “el cuidado” en un proceso de interacción dialógica sujeto-sujeto y construido a partir del relato de vida del propio protagonista del cuidado (Ferrer, 2004).

Germán (1997) pone un ejemplo práctico de lo que entiende por cuidar:

 “¿Cuidar es dar un vaso de agua/leche o infusión y las buenas noches? ¿Es cuidar dar un hipnótico y las buenas noches? Ella contesta afirmativamente a ambas preguntas. (…) ¿Qué suele suceder hoy en día? Que el fármaco no dejará de darse porque está prescrito (orden médica); en cambio, la infusión dependerá de las circunstancias. Dada la escasez de enfermeras en los hospitales, es muy probable que el enfermo se quede sin infusión y sin buenas noches. Dar las buenas noches para una enfermera es más que un signo de buena educación. Dar las buenas noches es un acto compuesto por varias partes: la observación, conversación, exploración (si es necesaria) que conducen a una valoración y la entrega de bebida, medicamento… y a una relación interpersonal.”

Estas aportaciones que sobre el cuidado realizan diferentes enfermeras se pueden agrupar según Morse (1991 citado en Watson, 2001) en cinco perspectivas del cuidado analizando la literatura enfermera:

  • El cuidado como un rasgo humano, una condición natural del ser humano.
  • El cuidado como un imperativo moral, como virtud o valor.
  • El cuidado como afecto hacia si mismo, hacia un paciente o hacia un trabajo.
  • El cuidado como una interacción interpersonal, como algo que existe entre dos personas.
  • El cuidado como intervención terapéutica, una acción deliberada y planeada con un objetivo en mente.

La Dra. Watson, enfermera que ha desarrollado la teoría del cuidado humanitario (caring),  y que en realidad se trata una perspectiva en que se impregna de compasión el cuidado. La compasión es uno de los valores que asume la ciencia enfermera en sus multiples aproximaciones teórica y prácticas. La teoría del cuidado caritativo de Katie Erikson, o el trabajo que realiza Margaret Newman en su teoría del cuidado donde habla de un patrón emergente de conocimientos de enfermería que refleja la compasión, la transformación y la libertad.

Para mi el cuidado, como elemento central de mi profesión, es lo que me permite conectar con la humanidad, la compasión y todos aquellos valores que nos ayudan a transcender y aliviar el sufrimiento. Y como final de esta entrada en está bitácora querría recordar la fábula del cuidado recogida por Higinio y a la que Boff hace referencia:

Cierto día al atravesar un río, Cuidado encontró un trozo de barro. Y entonces tuvo una idea inspiradora. Cogió un poco del barro y empezó a darle forma. Mientras contemplaba lo que había hecho, apareció, Júpiter.

Cuidado  le pidió a Júpiter que le soplase su espíritu y este lo hizo de buen grado.

Sin embargo, cuando Cuidado quiso darle nombre a la criatura que había modelado, Júpiter se lo prohibió. Exigió que se le pusiera su nombre.

Mientras Júpiter y Cuidado discutían surgió, de repente, la Tierra. Y también ella le quiso dar su nombre a la criatura, ya que había sido hecha de barro, material del cuerpo de la Tierra. Fue entonces cuando empezó una fuerte discusión.

De común  acuerdo, pidieron a Saturno que actuase como árbitro. Este tomó la siguiente decisión que a todos pareció justa:

Tú, Júpiter, le diste el espíritu; entonces, cuando muera se te devolverá ese espíritu.

Tú, Tierra, le diste el cuerpo; por lo tanto, también se te devolverá el cuerpo cuando muera esa criatura.

Pero como tu, Cuidado, fuiste el primero, el que modelaste a la criatura, la tendrás bajo tus cuidados mientras viva.

Ya que entre vosotros hay una acalorada discusión en cuanto al nombre, decido yo: esta criatura se llamará Hombre, es decir hecha de humus, que significa tierra fértil.

Referencias

  • Boff, L. (2002). El cuidado esencial. Madrid Ed. Trotta.
  • Canon Pali. Sn 2,4 Mahamangala Sutta – Discurso de la protección.
  • Ferrer, E. (2004). Una mirada compleja de lo concreto. En Disco de ponencias y comunicaciones V Simposium Internacional de Diagnósticos de Enfermería – Valencia 13 y 14 de mayo de 2004. Valencia: AENTDE.
  • Haidt, J. (2006). La hipótesis de la felicidad : la búsqueda de verdades modernas en la sabiduría antigua. Barcelona: Gedisa.
  • German, C. (1997) ¿Porqué la enfermería debe investigar fundamentalmente sobre cuidados?. En: De la teroría a la práctica del cuidado. II Congreso Nacional de la Asociación de Enfermería Comunitaria. Valencia: AEC.
  • Guirao Goris, JA.  “Diagnosticar para cuidar”. Correo AENTDE. Vol 11 – Diciembre 2008. Disponible en http://www.aentde.com.
  • Medina, J.L.,(1999). La pedagogía del cuidado: saberes y práctica en la formación universitaria en enfermería. Barcelona: Laertes Psicopedagogía.
  • Watson, J. (2001). Assessing and measuring caring in nursing and health sciences. New York: Sringer Publishing Company.
under: Compasión, Cuidado, Enfermería

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